Cuando vamos al supermercado a comprar leche, o frutas o frutas o verduras, no somos conscientes de todo lo que hay detrás de esa sandia, o de esas espinacas, o de las zanahorias. En estas hortalizas y verduras hay escondidas miles de frustraciones, de lágrimas y de sudor de unos trabajadores que no ven remunerado su esfuerzo, que son saqueados como si los productos que venden no tuvieran el valor que realmente le damos.
Los agricultores se quejan de lo poco que se les paga por sus productos y como en ocasiones se multiplican hasta por cuatro al llegar a los puntos de venta. Una verdadera vergüenza teniendo en cuenta que son productos de primera necesidad. Muchos agricultores se quejan de estar vendiendo sus productos por debajo de coste.
Y no será porque ellos no abaratan todo lo que pueden, si se les estropea el tractor o la maquina cosechadora van a un desguace de tractores agricolas para que el arreglo sea el más barato, viven de lo poco que les da la tierra y no se quejan, pero es que ya se ha llegado a un punto insostenible.
A modo de protesta se ha podido ver en varias ocasiones a agricultores regalando las frutas y hortalizas a los viandantes, una protesta que no les ha llevado a nada ya que las cosas siguen como estaban, os precios de todos los productos por las nubes, y la verdadera tragedia es que las personas que tendrían que salir beneficiadas no lo hacen, el dinero se queda entre los intermediarios es decir entre el transporte y el punto de venta, subiendo así el precio del producto. En la retina de todos estará aquella imagen de ganaderos franceses tirando la leche desde los camiones en protesta por los precios del litro de leche, y no el precio que pagamos todos en los supermercados, si no el que les pagaban a ellos. Esta protesta consiguió mejoras en los precios y afortunadamente todo salió bien, ahora queda solucionar el tema de los agricultores españoles, no podemos consentir que poner en la mesa patatas, hortalizas y frutas de temporada sea un lujo que no nos podamos permitir, y sobre todo no podemos permitir que se enriquezcan las grandes distribuidoras que son las que se llevan el dinero calentito en los bolsillos, Seguro que con diplomacia y consenso se puede llegar a una solución buena para todos.